Uma estranha atracção
¿Cuándo nos quitaremos de encima tan perversa atracción por lo prohibido? ¿O será nostalgia de los tiempos del hambre, la cazurronería y el estraperlo? En todo caso, quien come pajaritos fritos es que, definitivamente, tiene el cerebro frito.
Sem comentários:
Enviar um comentário