El fósil no muestra ni un rasgo neandertal, la única especie humana que habitaba entonces el continente. Es demasiado pequeño como para saber a qué especie perteneció, aunque sus rasgos toscos lo emparentan con humanos aún más primitivos que vivieron en Georgia hace 1,8 millones de años. "No se puede descartar que sea una nueva especie, aunque es el escenario menos plausible", explica la antropóloga Mirjana Roksandic, coautora de un estudio sobre la mandíbula en Journal of Human Evolution.
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